miércoles, 10 de septiembre de 2014

El Mundo Blogger

Ayer fue el día en que publiqué mi primera entrada, y me dediqué a aprender un poco del mundo del blog. Un poco, casi nada diría yo. Descargué en mi smartphone la aplicación Blogger, que aún no domino y al fin le dí sonido a las notificaciones de Gmail en mi teléfono.
     Llegaron correos todo el día por Blogspot, pero no por interacción en mi página, sino, porque había comentado yo antes otra entrada de otro blog, y se levantó una hecatombe de comentarios, que llegaban cada cinco minutos.
     Hace unos años, vi antes de dormir una película chilena, llamada "Malta con Huevo", y sólo recordaba que era muy cuática, pero no la había vuelto a ver. Hoy la puse y la recomiendo. Claramente, como toda película chilena, contiene escenas subidas de tono, pero el argumento es genial.
     Al entrar a internet, todos los comentarios son con respecto al tema de las bombas. Yo comentaba en la mañana, a la columna de don Hermógenes, que  en algunas ocasiones como ésta (el bombazo en el metro), agradezco la centralización de Chile, por mantenernos a los marginados del sur, apartados del terrorismo infundido en las grandes ciudades. Terrorismo por parte de simpatizantes del gobierno, por cercanos a ellos, por miembros de él, etc.
     El par de comentarios que se salvan del tema de las bombas, son las payas con motivo del dieciocho que se aproxima. Qué bonito es Chile y que lindo es ver el día dieciocho de setiembre, las casas con sus banderas flameando en el azulado cielo. Los cerezos en flor por la primavera y las loicas coloreando el paisaje con su pecho. Que lindo es sentir ese "olor a septiembre", como le llamo.
     Conversé con una amiga que está en el extranjero, y le preguntaba sobre qué haría ella para celebrar el dieciocho, pues el feriado sólo es acá. Que difícil sería para mí, pasar esa fecha fuera de mi Patria. Qué difícil no ver las banderas en las calles, el olor a asado en el barrio y los volantines corriendo entre las nubes. Comerse el diecinueve un buen mote con huesillo y sentarse a ver la Parada Militar, con "la guata como sandía".
     Creo que yo no podría. Sólo una vez he salido del País. Fui a Brasil y pasé por Argentina. La emoción es grande al entonar junto a compatriotas, el himno nacional al pisar tierra extranjera. La emoción es grande al volver a tu país y volver a posar tu pie en la tierra en que naciste; es grande la emoción, y sólo estuve fuera dos semanas.
     He tocado temas muy variados en esta entrada, pues ha sido como un resumen de mi día (dejo fuera el partido de la Selección, pues estuvo tan fome que casi ni atención le tomé).
     Finalizando mi día, escucho sobre los caminos de la vida, "discerniendo caminos, caminos anchos y angostos, y cuáles son los buenos criterios para escoger un buen camino: seguir siempre el bien, el camino del bien. El criterio para discernir qué camino es bueno y qué camino es malo en mi vida, es qué me hace bien y qué me hace mal, qué cosa me da paz,me deja tranquilo y contento; y qué cosa me genera soledad, amargura o intranquilidad. Las cosas de Dios dan la paz y las que no son de Dios lo contrario. A medida que uno elige el bien, se acostumbra a hacerlo, pero si uno elige el mal, se envicia con el mal."
     Son las palabras del padre Rodrigo Polanco en Misión 13, con las que me voy a dormir. Un gran mensaje para la vida y una gran pregunta para hacernos: ¿Qué camino elijo?

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