jueves, 8 de enero de 2015

Reflexion Capitalina

El recorrido que estoy realizando a diario por las calles de la Capital nacional, está empapelada de odio, techada de smog y rodeada de gris. Recorrida por prisa, transitada por mares y quemada por faros. Nos inyectan en los paraderos, grandes dosis de odio, rencor y lucha de clases, poniendo al rico en el infierno terrestre y condenando al marginal a morir siempre en la miseria, sin posibilidad de ascender a una realidad mejor; los obligan a morir entre la podredumbre que agobia a muchos chilenos y haciendoles liberar odio ante una clase sumamente acomodada que no pasa ni hambre ni frio como una buena parte de la poblacion chilena.

     Pero yo creo que, más que tomarlo con odio hay que tomarlo como una meta. La manera de eliminar la pobreza no es eliminar la riqueza para hacerlos a todos iguales, porque eso seria pobreza. La forma en que se debe eliminar la pobreza es dandole a las personas la capacidad de subir de clase social, ascender y llegar a lo más alto, y desde allí poder generar más empleos, buenos tratos y buenas pagas.

     Pero, ¿cómo evadiremos la pobreza?. Bueno, pues hay dos opciones: un golpe de suerte y la manera dificil, esta ultima que contempla dos factores escenciales: educacion y mucho esfuerzo. El esfuerzo lo tienen, pero les falta una mejor educacion, y viene la otra pregunta ¿cómo mejorar la educación? Muy simple: eliminando tanta burocracia y destinando esos fondos de mejor manera. Educando a la gente sin rencores, sino con aspiraciones y pensando todos en un Chile mejor.